Me sabes

Como una mota de polvo deslizándose por tu cuerpo.

Como un grito desesperado, desgarrando pensamientos, carcomiendo corazones, matando recuerdos.

Mis palabras no son más que la tinta que lloré, impasivas, adictivas, deslizándose por tu piel. ¿Lo ves?

En el abismo de mi mente busco razones, caminando al filo de las sensaciones.

Tengo imperfecciones, tengo lamentos, sigo saboreando el metal que me dejaron los rencores, ahora tan tersos, ahora tan suaves, de vez en cuando traicioneros, pero destilando siempre. Siempre emociones.

Me sabes mal. Me sabes bien. ¿Sabes? Ya ni sé.

Y así es.