domingo, 30 de septiembre de 2012

Lastre.


Es mi lastre del desastre, mi impedimento moral, el caos del  orden, el eco de mi hueco existencial,  el silencio al hablar. 
Caminar por caminar sobre las heladas cumbres del pensamiento, lento, sabes que herida vas, ¿tanto ansiabas llegar?
Érase una plataforma blanca, pulida, no abstracta, con olor salado que evocaba a mar, al mar de mis lamentos teñido de sangre, se veía virulento, era mi muerte mental.
Naufragar por naufragar entre las psicóticas olas de mis recuerdos, fríos como mi cuerpo tendido sobre la alfombra del paralelismo universal, ya no estoy, ya no estás, impactan sobre mi visión cansada, lloraba, pero reconfortada, sabía que olía a mar.
¡Es un túnel! Me decía. Y atrás dejaba ya el azar.



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