jueves, 30 de agosto de 2012

Caos social

Nadie dijo que fuera fácil, nadie dijo que no fueras a sangrar.
A sangrar las mentiras de esta putrefacta vida, a asimilar el caos social sin pensar.
En la nebulosa de las palabras fallecidas, ni una verdad con vida, pero si miras todo es gris, ¿qué más da?
Qué más da morir que seguir, si morimos en vida al mezclar nuestra saliva con ápices de hipócrita crueldad.
Somos piezas de un enfermo rompecabezas mundial.
Mi cordura ya se la llevaron las sombras desquiciadas, esas que salen de la nada, las mismas que con sus lenguas bífidas te incitan a tallar el más agrio de tus destinos.
Algunos lo llaman el infierno.
Yo prefiero definirlo como el virus de la humanidad.

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