Tengo el cerebro escalonado en pisos incorpóreos dónde se
escuchan los gritos abocados al fracaso de una felicidad inexistente.
La vida miente, se despliega en su cielo de arena funeraria
dónde caen todos con sus sueños y sus plegarias, sus lágrimas secas y sus
mentes.
Todos los rostros iguales, con aire serio y corbata, por
fuera vestidos de marca, por dentro son obras despedazadas y baratas.
No pongas el precio tan bajo para un sufrimiento tan caro y una riqueza tan abstracta.